Y tú, ¿eres feliz?

¿Quién no se ha hecho esta pregunta miles de veces a lo largo de su vida? ¿Quién no ha ido en busca de una respuesta esperanzadora y convincente? Y ahora… ¡Que levante la mano quién ha llegado a encontrarla alguna vez!

smileLa cuestión es que, a simple vista, parece ser una pregunta convencional normalmente seguida de una respuesta corta, sencilla, común y poco profunda (SÍ o NO). Pero, si nos paramos un poco a pensar, para lograr responder bien esta pregunta deberemos antes hacernos otra ¿no creéis? Porque ¿cómo sino vamos a plantearnos si somos o no felices sin delimitar antes qué entendemos por felicidad? (Y sí, en cursiva, negrita y subrayada porque así merece ser recalcada).

Hace un año aproximadamente me ocurrió una bonita anécdota que guardo como lección de vida y me gustaría compartir con todos vosotros. Estando de viaje, por las calles de una ciudad que hasta el momento desconocía, se nos acercó un hombre de avanzada edad con abundante barba, pelo alborotado y curiosa vestimenta. A simple vista, todo parecía indicar que venía a pedirnos limosna. Nada más lejos de la realidad, el hombre se acercó un poco más y nos pidió unos minutos para hacernos una pregunta, decía así:

¿Donde está tu felicidad?”

No pretendía saber si eras feliz o no en ese momento, si tu vida en general te hacía feliz, su pregunta iba mucho más allá, quería saber dónde localizabas tú ésa felicidad que experimentabas. Puede parecer una simple pregunta pero para mí, sin duda, fue mucho más que eso. Cada una de las personas con las que iba le dio una respuesta rápida, sencilla y directa, recordando cosas que les hacían felices dando por hecho que es ahí donde se encontraba su felicidad.

Yo fui la última en contestar, mi cabeza daba vueltas y vueltas tratando de encontrar una respuesta que lograra expresar mi visión acerca de la felicidad. Una vez así, le contesté con la boca pequeña “la felicidad está dentro de mí” seguido de otra frase para aclararla “si alguien es responsable de mi felicidad, esa persona soy yo”. Pues bien, el buen hombre se quedó callado unos segundos hasta decirme que eso era justo lo que pensaba escuchar y nunca escuchaba. Se paseaba por las calles de la cuidad buscando alguien que llegase a responder a su pregunta con la mayor sinceridad posible y mi respuesta le sorprendió gratamente. Seguramente tenía una vida mucho más difícil a la de cualquiera de nosotros, probablemente no tuviese un hogar donde refugiarse y sin embargo se limitaba a ir visitando distintas ciudades buscando respuesta a la pregunta que tanto le inquietaba seguido de un cálido y reconfortante abrazo por parte de personas desconocidas.

paHa pasado más de un año de este acontecimiento y estoy segura que lo recordaré por mucho tiempo por cómo me hizo plantearme desde una perspectiva bien distinta esa pregunta que nos hacemos tantas veces a lo largo de nuestra vida. Soy consciente que mi felicidad es una elección interna que viene condicionada de alguna forma por una serie de decisiones, elecciones, acciones diarias. Tengo claro que no todo en esta vida puede causarte felicidad pero sí puedes elegir cómo canalizar cada una de tus vivencias de forma positiva, de manera constructiva. Ya no creo que lo importante sea ser feliz en sí sino comprender cuál es la mejor manera de afrontar tu propia vida en coherencia con tus valores y principios.

En definitiva, todos sabemos que no hay una receta mágica para ser felices, tampoco es posible encontrar una definición común y mucho menos válida para todos acerca de un concepto tan abstracto como es la felicidad. Solo tengo algo muy claro y es que si le sonríes a la vida algún día, en algún momento y en cualquier lugar la vida se encargará de devolverte tu sonrisa.

Un comentario en “Y tú, ¿eres feliz?

Deja un comentario