Lucha de egos

Estoy cansada de que me llames preciosa y pienses que me halagas. De que me saludes sin conocerme de nada. De que pases por mi lado y no me mires a la cara. De que te ofendas por no devolverte el saludo y mirar hacia otro lado con cara de pocos amigos sea la única manera de evitar enfrentarme, a ti, a vosotros, diariamente.

Estoy cansada de tener que cambiar de acera por no cruzarme con vuestras miradas lascivas. Y aún así, no poder evitarlo. ¿Crees que me siento deseada? Me siento sucia y maltratada.

Estoy cansada de que no queráis entender que no somos un trozo de carne. Y después, sentirme culpable. Mirarme al espejo pensando que tal vez es cosa mía, dejar de ponerme esa camiseta «escotada» (ante tus ojos, claro está), ese vestido ajustado o esos vaquero cortos ‘enseñando carne’, la misma que tú, pero a través de tus ojos.

No nos engañemos, cuando me llamas guapa no hablas en absoluto de mi belleza, sino de tu ego. De la misma forma que cuando hablas de mi cuerpo cuando lo crees de tu posesión. «Qué buena estoy», sí, te crees con el derecho a gritarme a los cuatro vientos porque claro, a mí, mujer, debería gustarme, es más, necesito de tu reconocimiento para sentirme válida, guapa, atractiva y bien conmigo misma.

Estoy cansada de que pienses que sin tu compañía no estoy protegida. No quiero sentirme protegida, quiero sentirme libre; porque no busco tu protección, sino mi libertad.

Estoy cansada de que ésto parezca una lucha constante de egos. Y el trofeo, seamos nosotras. Dime con cuántas y te diré cuán hombre eres. ¿En qué sociedad vivimos?

Estoy cansada de que no sepáis el daño que hacen vuestras palabras, miradas e insinuaciones. Y de que no sea visto como un problema sino como una realidad. Que lo tengamos que aceptar y agachar la cabeza ante vuestros comentarios machistas.

Estoy cansada de que no se nos respete, ni como mujeres ni como personas.

2 comentarios en “Lucha de egos

Deja un comentario