A mi niña herida

Querida niña herida,

No sufras más, estoy aquí para escucharte, para atenderte.

Tienes derecho a sacar fuera todo lo que sientes; grita, llora, patalea y tiembla de miedo si hace falta, yo estoy y estaré aquí para abrazarte. Haz todo lo que consideres necesario para eliminarlo de tu pequeño cuerpo en el que ya no tiene sentido seguir sosteniendo.

Tienes derecho a expresar toda tu rabia, tu dolor pero, por favor, no lo proyectemos hacia los demás, en esa dirección solo va a causar más dolor. Por favor, no hagamos de este un lugar más doloroso; dañar por haber sido dañada no es más que repetir el mismo patrón y eso no es lo que pretendemos. Sabemos hacerlo mejor, hagámoslo.

Todo ese amor que esperas de fuera no es más que el que no te dieron; te lo daré yo y me encargaré de ponerte en el camino personas dispuestas a amar con el corazón en la mano. Confía en las personas, no todas quieren hacernos daño, no todas nos abandonarán; pues nos tenemos la una a la otra, no estamos solas, nunca lo estuvimos.

Merecemos amar y ser amadas, merecemos disfrutar de todo lo que la vida tiene para ofrecernos. Recuerda, somos completas, merecemos un amor puro, cálido y respetuoso, no aceptes menos de lo que sabes que mereces.

Merecemos tiempo a solas y en compañía deseada. Compañía elegida que nos aporte, que nos nutra, que nos haga sentir bien.

Merecemos disfrutar del alimento, nutrirnos y sentir el sabor de lo que ingerimos, disfrutar de cada bocado, disfrutar de sus texturas, sabores, olores. Cierra los ojos, ¿lo sientes?

Merecemos creer en nuestro poder, en nuestras capacidades, en nuestro valor y en nuestro gran potencial.  Ser escuchadas y tenidas en cuenta; nuestra voz importa, nuestros argumentos también. Merecemos soñar a lo grande y cumplir nuestros sueños.

Merecemos paz, estabilidad y plenitud. Merecemos disfrutar de la vida, del placer de las pequeñas y grandes cosas. Tenemos valentía y coraje suficiente para enfrentarnos a todo lo que nos tenga preparado la vida. 

Querida niña herida, no merecíamos lo que nos pasó, pero ahora no podemos cambiarlo.

Merecemos sentirnos seguras y a salvo; hay un lugar seguro aquí, dentro de ti, accede a él tantas veces como necesites.

Deja un comentario